domingo, 10 de junio de 2012

Stole My Heart ~ Capítulo 11

[Niall]


Pasamos un mes llendo y viniendo del hospital, un mes en el que habíamos tenido que cancelar los conciertos, Harry y Louis habían estado en rehabilitación. Por suerte ya todo estaba acabando, saliendo bien.


Ahora nos encontrábamos los tres de camino al hospital en el coche de Zayn para recoger a Larry Stylinson mientras que las chicas preparaban una fiesta. Cuando llegamos


- Daddy, Señor Latigable, Bradford bad boi, venid aquí!- Nos gritaron al unísono y nos abrazámos todos, haciéndonos las bromas de siempre.
Se echaban de menos esas cosas tan suyas.


En el coche nos estuvieron contando lo que les había dicho el médico, nada de conciertos hasta dentro de otro mes. ¡Eso significaba más vacaciones! Y por supuesto más tiempo con Diana.


Le mandé un whastapp a mi princesa para saber si todo estaba preparado y fuimos para la casa que habíamos alquilado las 5 parejas en Londres.


[Cailin]


Estaba nerviosa, llevaba un mes sin poder tener el contacto normal de parejas normales con Louis, sabía como de deprisa querría ir él ahora.


- ¿Qué tal señora Carrots? ¿Te pusiste la lencería que compramos? - dijo Esther


- ¡Pues claro loca! Todo para mi BooBear- dije y ambas reímos al unísono, pero yo seguía estando nerviosísima.


[Harry]


Llegamos al chalet que habíamos alquilado, era inmenso, 5 habitaciones diferentes, 3 baños, salón, buhardilla y sótano, que habíamos transformado en salón de juego con billar dardos y todo tipo de cosas para hacer nuestras fiestecillas.


Cada habitación estaba decorada a nuestro gusto personal: la de Niall tenía una bandera irlandesa y en ella predominaban los verdes aunque tambien había cosas que dejaban bien clara la presencia de Diana en ella, como el pulcro orden de las cosas.


La de Zayn y Esther tenía un toque rockero que les caracterizaba a los dos, muy minimalista, en tonos rojos negros y blancos y estaba llena de espejos por todas partes, había 2 armarios gigantescos, para que ambos pudieran guardar la enorme cantidad de ropa que tienen, además les encanta ir de compras juntos, se aconsejan muy bien mutuamente y disfrutan probándose ropa rara y haciéndose fotos tontas en los probadores.


La de Liam y Lau era bastante rústica con muebles de pino, constructiva, ellos eran tan iguales, cuadriculados, en fin. La habitación se trataba de un lugarcito muy acogedor, con dos pufs, una cama de matrimonio con una colcha que habían hecho los dos juntos y una alfombra de pelo, muy suave por cierto, celeste en la que solían tumbarse para charlar.


Por último la habitación de Louis y Cailin. Era una habitación muy loca, con el fondo amarillo claro habían pintado figuras como zebras, zanahorias y un dibujo inmenso que Cai había pintado a modo de cuadro de ambos, una habilidad de Cailin que todos desconocíamos, pintaba maravillosamente, y clavó su autorretrato, que a mi parecer es lo más difícil.


La nuestra era un habitación muy divertida, las paredes estaban forradas de fotos de Alice y mías, de nuestras locuras, de cuando eramos pequeños, y en el techo una foto enorme de cuando estuvimos en el Big Ben, Alice me besaba cariñosamente la mejilla mientras se reía, y yo la abrazaba por la cintura. Amo esa foto.


Nada más entrar en el chalet Alice se tiró encima mía haciendome perder el equilibrio y ya en el suele nos empezamos a besar olvidándonos del resto del mundo. Me encanta la personalidad de Alice, es siempre tan espontánea.


[Louis]


Mi recibimiento no fue mucho peor que el de Harry. Cuando llegué Cailin me condujo hasta el baño de nuestra habitación donde nos esperaba un baño de espuma para los dos. Se quitó la ropa y debajo llevaba un picardías que dejaba oculto lo justo y estrictamente necesario, buuah me dejó sin palabras


- Cailin esconde muchos secretos -pensé.


Estaba todo pensado al detalle, música para piano en el hilo músical de la casa, velitas por todas partes y pétalos de rosa.


El baño fue incrible, guerra de espumas, besos bajo el agua, primero en el cuello y después apasionados besos en los labios en los que cada uno poníamos todos nuestros sentimientos en juego, y como no podía faltar el momento picante, el dos en uno y uno en dos, el ser la misma persona.
Fue un momento increíble, después estábamos tan exhaustos que nos quedamos contemplando el infinito aun en la bañera rodeados de espuma. Abajo en el salón de juego se oía jaleo, lo típico de nuestras fiestecillas, karaoke y el choque de las bolas de billar de vez en cuando. 


~ Pues este capítulo va dedicado a la hermana de Irene, Sara, ¡¡suerte con la selectividad!! y a las demás esperamos que os guste, y que comentéis como siempre :)~  

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